lunes, 30 de junio de 2008

Mi Cárcel


Recién llego a mi cárcel, pasé crísis para llegar pero al fin estoy acá. El humo pasa por mi garganta cada vez mas cerrada, cada vez mas espeso. El mismo ambiente se ocupa de incinerar el carbono y siento una soga apretandome cada vez mas fuerte. Cada respiro es un paso al ahogo, al dolor. A mi propio entierro personal. El humo, mi mismo humo, nisiquiera me permite sollozar. Seca mis lágrimas antes de que cruzen el canal de mis ojos. El humo, mi mismo humo, me llena la boca de una horrible sensación de ardor. ¿Porqué los deseos nunca se hacen realidad? Siempre te alejas en las tardes...


Ana B. Ortiz

2 comentarios:

capitanfla dijo...

Bello y tortuso texto.


Más bella aún la foto.



Saludos.

Anónimo dijo...

lindo blog


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